
¿Que te pasaría por la cabeza si tu jefe te pusiese en evidencia delante de tus compañeros por tu trabajo? ¿O si te llamase a altas horas de la madrugada para contarte una idea que se le acaba de ocurrir? ¿O si retrasase una y otra vez tu proyecto por un detalle imperceptible? Seguramente pensarías que tu trabajo es horrible. A menos que tus jefes fueran Steve Jobs, Ferrán Adriá o Jeff Bezos.
Si bien el liderazgo moderno se orienta hacia una actitud de empatía, carisma y sociabilidad, algunos de los más reconocidos líderes de los últimos tiempos no se ha caracterizado precisamente por la gestión emocional de sus equipos.
Pese a que en las actitudes puede haber muchas formas de afrontar el liderazgo más extremo (y que conste que me inclino a esa llamada inteligencia emocional bien descrita por Daniel Goleman), lo que si que comparten ese tipo de figuras son 4 características inevitables:
- Pasión: Ferrán Adría, Jeff Bezos, Steve Jobs o Michael Jordan. Los líderes extremos aman su trabajo, aman su vida. No hay diferencia entre una cosa y otra. Su actividad es su destino, su visón guía todos los pasos que puedan dar. No se conforman. Ferrán Adriá todavía mantiene que no sabe nada de cocina y necesita más, nuevos caminos, nuevas perspectivas. Sumar y sumar.
- Perfección: Steve Jobs tenía obsesión absoluta por una perfección basada en la simplicidad. La búsqueda de la excelencia total en la actividad que acometen, eleva el listón de exigencia para todo el entorno: equipo, proveedores, accionistas…. Todos los grupos de interés están enfocados a la perfección.
- Perseverancia: Si un líder se cae se levanta inmediatamente y acomete el reto con más fuerza si cabe. Creen en sus proyectos. Ningún analista creía en Amazon cuando tras un par de años seguía perdiendo dinero. Y mantuvieron la visión. Nadie pensó que la entrada de Apple en el mercado del teléfono móvil fuera a tener éxito y son lideres en ingresos. A nadie le pareció buen idea dejar de servir comidas en El Bulli, pero la excelencia exigía ese paso. El líder extremo lleva su visión hasta el final y no tiene miedo al fracaso.
- Personas: En este tipo de liderazgo no es cuestión de tratar “bien” a las personas. Para estos líderes extremos la cuestión es rodearse de las mejores personas. Jeff Bezos cuenta el en libro “Un click” como el objetivo de cada una de las contrataciones de Amazon era mejorar lo que hasta ese momento había en la Compañía. Para ello buscaba en perfiles rechazados en otras empresas o freaks y sometía a procesos de selección interminables a los candidatos. Si tenía la más mínima duda sobre la persona a contratar, la rechazaba. De los que iniciaban el recorrido para entrar en Amazon todos lo que avanzaban contaban con expedientes académicos brillantes y capacidad intelectual más que notable. Adriá en El Bullí ha creado la mejor cantera de chefs del mundo, y por sus cocinas se podía ver pasar a personas a priori ajenas al mundo de la cocina (químicos, artistas o deportistas) para inspirar a sus equipos. Los líderes extremos se rodean de las mejores personas y son capaces de exprimir su capacidad hasta sacar lo mejor de cada uno (si lo aguantan).
Estar junto a uno de estos líderes extremos no debe ser fácil pero sin duda cambia las vidas de quienes han podido vivir esas experiencias.